Es muy tímido y no le gusta aparecer en público. Respetaré su deseo y no desvelaré su nombre, sólamente las iniciales. Por mi parte añadiré que es eibarrés. Resulta que nuestro compañero de la XII acaba de editar un libro y... Bueno lo mejor es darle la palabra a él:
Antiprólogo
Me hubiera gustado ser algo más bartlebyano y decir con contundencia: preferiría no hacerlo. Pero no. Todo lo contrario: prefoero hacerlo. El problema radica en que no sé cómo convencer a FMS de que, igual que existen menús a los que les sobra el aperitivo, hay libros que no necesitan prólogo. Éste es uno de ellos.
Sentir, pensar, hacer, no es sólo un libro de fotografía; es, sobre todo, un
libro de relatos. Relatos en los que se narran - mediante imágen y palabra- otra serie de relatos que han tomado cuerpo y forma en las manos de Juan Gorriti. Juan dice que no sabe explicar lo que hace, que únicamente sabe hacerlo. Pues para eso, para explicar lo que hace Juan, está FMS; que no solamente nos presenta - como fotógrafo- una colección de imágenes que pos sí sola da muestra de la actividad creativa de Gorriti en cada uno de sus procesos, sino que, además, nos lo cuenta en palabras. Y lo hace desde su privilegiada atalaya, como notario que ha acudido a Arribe para dar fe de los hechos en primera persona.
Sólo he escrito dos párrafos y ya quiero volver al principio. Porque no tiene sentido que en esta página diga yo que Juan es un artista total capaz de reciclar el cobre o la madera; que doblega el fuego y sabe decirle que ya basta blandiendo en su mano una manguera; que dignifica la tela o una colcha arrumbada; que puede hacer volar un gallo o forjar una vaca azul y darle un pasaporte que le permita viajar hasta Alemania. Repiro; no tiene sentido que yo diga, porque ya lo ha dicho FMS. Lo ha dicho con espléndidas fotografías que le han salido del corazón.
Menos sentido tiene que a estas alturas escriba yo sobre la generosidad y hospitalidad de Gorriti y Txaro; porque es obvio, lo recuerda Fernando, y porque suien se ha acercado alguna vez a Batzarre bien lo sabe. Ni corresponde hablar en este trance de ese alma de niño que aún pervive en Juan; la que respeta y juega a un tiempo con la naturaleza porque conoce su poder y sus ciclos. ¿Hablar de su tenacidad en el trabajo? Para qué. Para eso pueden ir a la página 71 y contemplar su mano. Ella os lo dirá todo.
De fotografía sé muy poco. Pero no hace falta saber mucho para darse cuenta de que FMS ha hecho un buen trabajo. Huyo de calificativos. Pónganlos ustedes después de ver las fotos. Vayan a la página 88, o a la 89, o a la 149 o... y luego díganme. Díganme, por ejemplo, si no tirita ese sol de la página 181 (sé que quien cobró esta pieza debió pagar un precio - son gajes del oficio) Pero mejor abrevio. Porque si continúo, ni alumbro ni revelo. Más bien enturbio, velo, desenfoco... Por eso, voy a callarme, que el libro que tienen en las manos lo está pidiendo a gritos.
Sólo añadir que los trabajos de Juan, antes de tomar cuerpo, han sido pensados y sentidos. En el pre-hacer, la parcela de su emoción se ve asaltada por el sentimiento. A nosotros nos queda recorrer el camino inverso: permitir que afloren los sentimientos contemplando su obra, y dejar que sean ellos los que nos lleven hasta el terreno de la emoción. Y ahora sí, silencio. Pepe Altair"
Sentir, pensar, hacer, no es sólo un libro de fotografía; es, sobre todo, un
libro de relatos. Relatos en los que se narran - mediante imágen y palabra- otra serie de relatos que han tomado cuerpo y forma en las manos de Juan Gorriti. Juan dice que no sabe explicar lo que hace, que únicamente sabe hacerlo. Pues para eso, para explicar lo que hace Juan, está FMS; que no solamente nos presenta - como fotógrafo- una colección de imágenes que pos sí sola da muestra de la actividad creativa de Gorriti en cada uno de sus procesos, sino que, además, nos lo cuenta en palabras. Y lo hace desde su privilegiada atalaya, como notario que ha acudido a Arribe para dar fe de los hechos en primera persona.
Sólo he escrito dos párrafos y ya quiero volver al principio. Porque no tiene sentido que en esta página diga yo que Juan es un artista total capaz de reciclar el cobre o la madera; que doblega el fuego y sabe decirle que ya basta blandiendo en su mano una manguera; que dignifica la tela o una colcha arrumbada; que puede hacer volar un gallo o forjar una vaca azul y darle un pasaporte que le permita viajar hasta Alemania. Repiro; no tiene sentido que yo diga, porque ya lo ha dicho FMS. Lo ha dicho con espléndidas fotografías que le han salido del corazón.
Menos sentido tiene que a estas alturas escriba yo sobre la generosidad y hospitalidad de Gorriti y Txaro; porque es obvio, lo recuerda Fernando, y porque suien se ha acercado alguna vez a Batzarre bien lo sabe. Ni corresponde hablar en este trance de ese alma de niño que aún pervive en Juan; la que respeta y juega a un tiempo con la naturaleza porque conoce su poder y sus ciclos. ¿Hablar de su tenacidad en el trabajo? Para qué. Para eso pueden ir a la página 71 y contemplar su mano. Ella os lo dirá todo.
De fotografía sé muy poco. Pero no hace falta saber mucho para darse cuenta de que FMS ha hecho un buen trabajo. Huyo de calificativos. Pónganlos ustedes después de ver las fotos. Vayan a la página 88, o a la 89, o a la 149 o... y luego díganme. Díganme, por ejemplo, si no tirita ese sol de la página 181 (sé que quien cobró esta pieza debió pagar un precio - son gajes del oficio) Pero mejor abrevio. Porque si continúo, ni alumbro ni revelo. Más bien enturbio, velo, desenfoco... Por eso, voy a callarme, que el libro que tienen en las manos lo está pidiendo a gritos.
Sólo añadir que los trabajos de Juan, antes de tomar cuerpo, han sido pensados y sentidos. En el pre-hacer, la parcela de su emoción se ve asaltada por el sentimiento. A nosotros nos queda recorrer el camino inverso: permitir que afloren los sentimientos contemplando su obra, y dejar que sean ellos los que nos lleven hasta el terreno de la emoción. Y ahora sí, silencio. Pepe Altair"
Oso ederra, Txema. Mila esker,
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