Jose Antonio Soutok arestian argitaratu duen Jose Martiren pentsamendua. Ados al zaude kubatarrarekin?
Pensamiento de José Martí que Jose Antonio Souto ha publicado hace poco. ¿Eres de la misma opinión?
Jose Antonio Soutok arestian argitaratu duen Jose Martiren pentsamendua. Ados al zaude kubatarrarekin?
Pensamiento de José Martí que Jose Antonio Souto ha publicado hace poco. ¿Eres de la misma opinión?
Eduardo Albeniz nos manda esta cubierta del libro que está leyendo y nos comenta que le ha gustado mucho. Nos lo recomienda. Muchas gracias.
======..=====
Zuk ere liburu, diska, pelikula, edota beste astiemateren bat aholkatu nahi baduzu, egin lasai asko. Eskertu egingo dizugu.
Si tú también quieres recomendar algún libro, disco, película o cualquier otro entretenimiento, hazlo, que te lo agrradeceremos.
Hoy es cumpleaños de Fernando Morondo. Fue un gran día cuando nació. Pero no tenemos fotos del acontecimiento. Pero, gracias a uno de sus íntimos, sí que tenemos de otro de sus grandes días. Y ahí está, presto a cortar la tarta. Compañeros de la XII le observan. Zorionak!!
Juan Luis Urkola eta bere alaba Nereak gonbidatu ninduten zerbait idaztera, ateratzera zihoazen liburu baterako. Eta libura kalean dago. “Las claves de la dirección” du izena eta bi egileen maisutasunari berrogei zuzendari orokorren azalpenak gehitu dizkiote. Nirea bidali nien eta orain zuekin konpartitu nahi dut.
Juan Luis Urcola y su hija Nerea – a quien seguro que más de uno de vosotros conocéis por su larga trayectoria profesional- me pidieron en su día una pequeña reflexión para el libro que pensaban editar sobre dirección de empresa. El libro ya está en la calle, con el título de “Las claves de la dirección” A la maestría y magnífico buen hacer de los autores, éstos quisieron añadir en el texto aportaciones de cuarenta directores de empresa. Yo, entre otras, les envié la que sigue a estas líneas, que ha sido incluida en el libro, y quiero compartirla con vosotros.
El libro se presenta el día 6 de Octubre a las 18:00 horas, en el Salón de Actos de la Cámara de Gipuzkoa, Avda. de Tolosa 75 en San Sebastián. Una buena oportunidad para pasar un buen rato.
Dos jóvenes licenciados en la Escuela de Náutica, casualmente ambos brillantes premios Fin de Carrera, fueron seleccionados para conducir a cada barco de pasajeros y de características similares a dos islas lejanas entre sí. Uno de ellos, asumiendo la prueba con decisión, analizó las propiedades técnicas del barco y planteó a los propietarios del mismo la necesidad de una tripulación preparada y competente. El segundo hizo la misma operación, con el mismo diagnóstico. A los dos se les ofreció la oportunidad de elegir las personas que se ocuparan de las distintas responsabilidades a bordo. Así, el primero entrevistó a un plantel de aspirantes y eligió a los que creía oportuno. Lo mismo hizo el segundo.
Comenzó la travesía para llevar los barcos a buen puerto. Antes de zarpar el primero de ellos reunió a su equipo y dejó claro a cada individuo su cometido, ofreciéndoles – en caso de necesidad- su ayuda, y dando todo tipo de explicaciones, incluso por escrito, a quienes iban a compartir con él la responsabilidad de llevar el paquebote al punto de destino. El segundo, sin embargo, se entretuvo en la revisión de los camarotes de los pasajeros, y en comprobar la comodidad de los mismos, pasando el resto del tiempo encerrado en la torre de mando, revisando en los mapas posibles rutas alternativas. También tuvo tiempo de saludar a los pasajeros. Pero se olvidó de establecer un plan estratégico con sus subordinados.
A poco de partir comenzaron las dificultades inherentes a cualquier singladura. En el barco del primero de los capitanes algo no funcionaba correctamente en el motor central, y el contramaestre, encargado de la conservación y mantenimiento de todos los aparejos del barco, avisó al jefe de máquinas y dejó en sus manos la solución al problema. Luego informó al capitán de los pasos dados. Días más tarde se produjo un pequeño incendio en la cocina y fueron dos técnicos del equipo de seguridad quienes lo apagaron. El capitán en cada caso observaba las soluciones dadas, aprobándolas o recomendando alguna otra. Al final de la jornada el capitán se reunía con su equipo de responsables de área y comentaban lo acaecido y planificaban la tarea del siguiente día.
Ante incidentes similares el segundo máximo responsables acudía de inmediato a la sala de máquinas, dando instrucciones de cómo solucionarlos y permaneciendo en el lugar hasta el total restablecimiento de la normalidad. Incluso, cierto día creyó oportuno zanjar personalmente la discusión en cubierta entre un marinero y un pasajero. En otra ocasión, al no tener claro a quién correspondía la responsabilidad de un área determinada, la discusión se produjo entre el contramaestre y el piloto, cosa que disgustó sobremanera al capitán, quien culpó a los dos de falta de profesionalidad. El contramaestre dimitió de su cargo y el capitán determinó no sustituirlo, en la confianza de poder asumir por sí mismo las tareas propias de aquél.
Pasó el tiempo y el primer joven licenciado consiguió el objetivo y el barco atracó en el puerto designado, tal como se lo habían pedido los propietarios, y con la tripulación y los pasajeros satisfechos de la travesía. No se tienen noticias sobre el segundo navío, desconociéndose su situación actual y el estado anímico de las personas a bordo.