Jose Mari Arrazola Aranzadi ez da gure promoziokoa. Hala ere, berak gure bloga jarraitzen du eta noizik behin bere komentarioak egiten ditu. Duela 15 urte eman zioten Jose Manuel Kutz Saria, ekintzaile eta proiektu berritzaileetarako, eta 2005eko ekainaren 2an ondoko diskurtsoa eman zuen, golardoa jasotzean. Gutariko edozeinek sinatuko zuelakoan, horra hor:
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Jose Mari Arrazola |
Jose Mari Arrazola Aranzadi no es de nuestra promoción pero sigue nuestro blog. Y de vez en cuando manda sus comentarios. En su día Arrazola fue galardonado con el Premio José Manuel Kutz, creado por la ESTE para emprendedores y proyctos innovadores. El 2 de junio de 2005 fue el acto de entrega y en él pronunció el siguiente discurso, que seguro lo firmábamos la mayoría de nosotros, por no decir todos.
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Quiero, en primer lugar, recordar a Jose Manuel Kutz. Era mayor que yo y no pude ser de su circulo intimo. Sin embargo nos teníamos un gran aprecio
mutuo. Era un hombre que sabía escuchar y estimular. Llegamos a tener largas conversaciones
en la calle sobre el país y sus crisis.
Me
preguntaba por mi vida profesional
y seguía con gusto todas las
referencias que le daba sobre
las peleas para cambiar viejas situaciones.
Una vez me regaló un cortacéspedes eléctrico que acababa de comprar. Era un poco patas y estuvo a punto de electrocutarse al cortar el cable con la maquina, por lo
que decidió desprenderse de el. Me
encantaría hacer meritos en la vida para que llegase a existir en el futuro un premio con mi nombre que intentase
estimular la creatividad y la innovación.
INTRODUCCION
Mi amigo Pedro
Palomo no es antiguo
alumno de la Este, por
lo que no puede estar
recogiendo este premio. Sin embargo, aseguro que este es
un proyecto
por lo menos tan suyo como mío, por lo que quiero compartirlo con él.
La ventaja de alguien que recoge un premio es que puede hablar de lo que le da la gana. Pues bien, he decidido hablaros sobre mi experiencia
profesional y la de mi generación.
De cómo la innovación ha sido un elemento clave en nuestra profesión, no por capricho, sino por supervivencia. La innovación que luce y se premia se basa en el desarrollo de brillantes tecnologías; sin embargo, la innovación que de verdad hemos tenido que practicar
para sobrevivir es la de la mejora continua, la imaginación para crear mejores productos, aprovechar cualquier información o contacto para abrirse brecha en un nuevo
país. La innovación es fruto de una actitud que busca
siempre hacerlo mejor, buscando
ventajas competitivas para la empresa. Quiero contaros en qué marco hemos desarrollado nuestra vida profesional y hacer una evaluación
de ella.
LA ESTE Y EL ENTORNO EMPRESARIAL
EN 1970
A finales de los años 60,
esta facultad de la Este era galáctica. Estudiábamos informática quince años antes de que existiera en las empresas, aprendíamos investigación operativa y estadística
cuando todo se hacía a ojo, recibíamos
clases de publicidad cuando el marketing aún no había nacido, era la única facultad ajena a la filología
que daba clases de ingles.
Con este bagaje
innovador y con algunos principios éticos sembrados
por el bueno del Padre Tamayo, nos lanzábamos al mundo de las empresas dispuestos a integrarlas en la modernidad.
Es evidente que las empresas que habíamos conocido en la universidad y las de la realidad no tenían nada que ver.
-Los propietarios que nos habían contratado
tenían grandes dudas sobre la necesidad de realizar
los cambios que propugnábamos. -Los directivos, inseguros por no tener formación
teórica, nos temían y, a menudo
nos boicoteaban.
-Había que ser muy cabezón para cambiar las cosas. Y a veces salía bien y muchas veces salía mal.
A principios de los años 70, el marco en el que trabajábamos tenía canceres estructurales que
marcaban toda la gestión:
-La inflación se situaba en niveles
por encima de dos dígitos y los tipos de interés le superaban.
-Fatídicamente, cada cinco años había dos de recesión.
-Los índices de impagados superaban el diez por ciento.
Pero increíblemente, muchos negocios marchaban
muy bien por dos motivos:
-El crecimiento
anual era enorme.
-Existía un blindaje absoluto
respecto a las importaciones de mercancía; los aranceles en aduana eran en muchos casos superiores al 45% y las cantidades autorizadas a importar estaban limitadas. No existía competencia exterior que empujase a la mejora y se proyectaba el costo de todas las chapuzas
al mercado en forma de incremento de precios.
LA EXPORTACION
Desde el comienzo de mi vida profesional, tuve
la extraordinaria
oportunidad de realizar una actividad exportadora.
La exportación era una actividad marginal en aquella España franquista, que era el paria político y económico
de Europa. Solo se esperaba de nosotros unos precios bajos. Éramos los taiwaneses de la época. Los exportadores recibíamos
un 22%
de
subvención por cada factura cobrada en el exterior. Se exportaban los excedentes de producción. Sin embargo, esta exportación prehistórica ha sido una escuela y un
acicate permanente de innovación.
Tengo que reivindicar para aquellos pioneros la realización de una labor fundamental cara a la transformación de las empresas.
Volvíamos de los viajes aportando criticas, análisis de calidad,
muestras, modelos de desarrollo, etc. Las relaciones con los distribuidores extranjeros
chirriaban a través
nuestro (porque a menudo nadie más hablaba idiomas en la empresa).
Tuvimos un papel muy importante en la transformación de las
empresas hacia las necesidades
del mercado.
EL POSTFRANQUISMO
La revolución que representó la aparición de los sindicatos y el aumento brutal y en muy poco tiempo del peso del costo salarial en los costos de la empresa fue muy importante.
Los taiwaneses de verdad aparecieron y nos desplazaron del posicionamiento de proveedores de mano de obra barata
en Europa.
Para acabar de complicar las
cosas, empezaron
a caer las barreras aduaneras, un proceso necesario
pero siempre inoportuno.
A partir de entonces nos tocó gestionar empresas en ruina, con una necesidad vital de encontrar
nuevos productos, nuevos costes, incorporar el marketing, establecer logísticas eficaces, etc. en muy poco tiempo.
Hoy no parece entendible, pero la mayoría de los profesionales tuvimos que hacer autenticas maratones para que nuestras empresas sobrevivieran, con un elevado porcentaje de excedentes de plantilla en una sociedad con un paro superior al 20%, con unos propietarios asustados y sin vocación de invertir, con un mercado interior,
del cual habíamos
vivido hasta entonces, que despreciaba (a veces con razón) el made in Spain y ansiaba conocer productos
importados.
La historia posterior es más conocida. El proceso de integración en nuestro entorno
competitivo y de mercado europeo ha sido duro. Las empresas han tenido que pasar de ser competitivas en el entorno estatal a serlo en el marco europeo. En general, hay una opinión muy positiva sobre el modo en que
en España se ha
realizado esta evolución.
LOS DIRECTIVOS VETERANOS
Pero,¿ qué ha pasado con los veteranos colegas de la Este que han sido protagonistas de
esta dura y apasionante historia?.
Como se preguntaba
Mikel Laboa: Que pasó
con los 200.000 trabajadores despedidos cuando se acabó la obra de la Gran Muralla
China. Que pasó con las viudas y los huérfanos de los 24.000 muertos que produjo
la batalla de Waterloo.
-Dada la escasez de oferta, los veteranos
de
la Este hemos tenido oportunidades profesionales que en las promociones más recientes están reservadas
a los mejores de
clase. Hemos
llegado con bastante
facilidad a puestos de responsabilidad.
-A pesar de nuestro bagaje de conocimientos universitarios, hemos tenido necesidad de horas y horas de reciclaje
para conocer nuevas técnicas de gestión. La evolución del conocimiento y de las técnicas de gestión ha sido enorme.
-Probablemente, la característica más común de nuestro
colectivo es el de la cintura ágil, a pesar del tamaño actual de nuestras barrigas. Hemos tenido
que cuestionar constantemente nuestras actitudes, formas de trabajo, prioridades, etc. Hemos sido tan abiertos al cambio, que posiblemente no exista en el futuro un marco tan propicio para la venta de nuevas ideas a las empresas, por parte de asesores, gurus y santones.
-Hemos vivido una muy dura
crisis y lucha de valores en la
que
no estaba clara la posición del capital y del trabajo y, en consecuencia, nuestra misión como profesionales. Desde nuestros puestos
de trabajo, hemos conocido la practica de un capitalismo paternalista y las
propuestas, no en los periódicos sino en las asambleas
que se celebraban en el piso de abajo, para crear un comunismo
autogestionario.
-Tampoco se puede olvidar la amenaza constante de ETA, queriendo
quedarse con una parte de
la plusvalía y generando un marco de inseguridad y angustia.
-En nuestra generación,
hemos tenido que aprender a hablar ingles, francés y alemán,
además del euskera batua.
Todo ello, pagando la hipoteca,
evolucionando en valores y roles como marido/mujer y como padres, buscando respuestas a la existencia de Dios, sufriendo
la pájara de los 40 y de los 50 años, recelando de los jóvenes colegas por su amenaza para la estabilidad
profesional, etc.
POR FIN IRISCOM (1)
Por fin, a los 55 años y como respuesta a una grave enfermedad terminal que afectó a mi mujer, Pedro Palomo y yo hemos creado Iriscom.
Nuestra actividad consiste en instalar un sistema de comunicación a discapacitados llamados enclaustrados( totalmente inmovilizados y mudos).
Trabajamos con pacientes con Ela, con accidentados medulares,
con afectados por infartos cerebrales,
niños paralíticos cerebrales, etc. Estas personas consiguen todas las funciones de un ordenador manejando
el ratón con el ojo: se comunican, leen, juegan,
controlan el entorno, estudian, trabajan, etc.
Mi amigo Pedro
ha puesto en marcha la tecnología.
Hemos firmado un acuerdo con un equipo de la facultad de Telecos de Pamplona para trabajar en su desarrollo. Queremos ser un referente básico
de comunicación para discapacitados
en Europa. Hemos instalado ya más de 100 equipos.
Hemos iniciado ya la distribución en varios países europeos.
Como en todos los proyectos,
las hemos pasado canutas para conseguir credibilidad hacia el sistema
y recursos para desarrollar el proyecto. La Diputación de Gipuzkoa y concretamente Bic Berrilan nos han ayudado mucho.
La actividad profesional en el entorno de los discapacitados es muy especial. Es duro trabajar
entre personas que sufren. Sin embargo, la sonrisa de un niño que ha vivido
como si estuviera encerrado en una escafandra de buzo y que, por primera vez puede hacer algo fuera de sí, genera carne de gallina a cualquiera.
Para terminar quiero contaros
una pequeña anécdota. Me gusta mucho Bernardo Atxaga como escritor de libros. Pero, en mi opinión,
es en sus artículos de prensa y en sus intervenciones publicas donde más se percibe su fabulosa humanidad. Estuve en el Palacio de Miramar, en el acto de recogida del premio que le
había otorgado Eusko Ikaskuntza.
Al recoger el premio, hizo un pequeño discurso que, en resumen, decía
así:
Cuando Adán (el de la historia de Adán y Eva) sintió que iba a morir, le hizo una confidencia
a su compañera de aventuras:
-Eva, qué vida más dura hemos tenido.
Después de llevar una existencia de ensueño en el paraíso, hicimos aquella chorrada de la manzana y nos mandaron al mundo. A partir
de
entonces,
hemos tenido que trabajar
para conseguir cada bocado que hemos comido. Hemos pasado frío y calor. Hemos padecido enfermedades. Pero lo peor que nos ha pasado es
lo
del pobre Abel. No es que
Caín fuera malo, pero se volvió loco. Sin embargo ahora, querida Eva, al final de mi vida te quiero decir una cosa: ha merecido la pena haber vivido.
(1) Con Iriscom Jose Mari Arrazola fue merecedor del Premio Príncipe de Viana de 2011